NUESTRO ENFOQUE DE TRATAMIENTO
Nuestro enfoque terapéutico se individualiza para cada persona. Antes de iniciar el tratamiento, los pacientes completan una breve evaluación para asegurarse de que PATCH sea el mejor lugar para que reciban tratamiento y para elaborar un tratamiento personalizado. Si bien el tratamiento es único para cada persona, siempre se guía por las recomendaciones de las mejores prácticas en el campo y suele clasificarse en una o más de las siguientes categorías:
La TCC es la psicoterapia de eficacia más probada para los trastornos de ansiedad pediátricos. La TCC es una forma de terapia conversacional que ayuda a los jóvenes a lidiar con la ansiedad, desafiar los pensamientos ansiosos y enfrentarse a las cosas que les provocan ansiedad (en lugar de evitarlas). La TCC siempre se adapta a los problemas específicos e individuales, pero suele incluir estrategias cognitivas («de pensamiento») y conductuales («de acciones»).
La exposición con prevención de respuesta (EPR o «terapia de exposición») es un tipo de TCC para jóvenes que funciona mejor para aquellos con ansiedad y TOC. La mejor manera de que los jóvenes aprendan a «dominar» su ansiedad es enfrentarse gradual y repetidamente a cosas que les generen nervios o miedo. La EPR implica ejercicios sistemáticos, diseñados conjuntamente por el terapeuta, el paciente y la familia, para ayudar a los jóvenes a enfrentar sus miedos y aprender a manejar la ansiedad de manera más útil.
La terapia de reversión de hábitos (TRH) se utiliza comúnmente en jóvenes que experimentan tics o tricotilomanía. El tratamiento de TRH suele comenzar trabajando con los jóvenes para que tomen conciencia de su tic u otro comportamiento impulsivo (como arrancarse el cabello), mediante una serie de estrategias que han demostrado ser eficaces. Luego, el terapeuta y el paciente trabajan juntos para identificar estrategias específicas y adaptadas que utilizar para reducir la aparición de tics u otros comportamientos impulsivos, de modo que ya no causen interferencias significativas en las actividades diarias.
Independientemente de sus inquietudes iniciales, se anima a los pacientes a participar activamente en su terapia y frecuentemente se les pedirá que practiquen las técnicas entre sesiones. Los padres, docentes y otros cuidadores del entorno del niño o niña aprenden estrategias para apoyar su progreso y a menudo actúan como «entrenadores» para ayudarlos a poner en práctica las habilidades que aprendieron. Una vez que aprendieron y practicaron las habilidades, los jóvenes pueden seguir utilizándolas para abordar otros problemas en la vida. La terapia puede ser el único tratamiento o acompañarse con medicación, según la gravedad y la naturaleza del problema de cada paciente.
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